martes, 1 de enero de 2019

VE 301 Volksempfanger - La Radio del Pueblo, La Radio de Hitler.



¿Alguna vez habéis oido hablar de la conocida en Alemania como la "Radio del Pueblo"?, hoy voy a hablaros sobre ello. 


En la Alemania de Hitler, su ministro de propaganda, Goebbels, se dio cuenta de las posibilidades que la radio ofrecía como arma de propaganda masiva. El primer paso fue controlar su programación, pero aun así había un problema, los receptores eran demasiado caros para la mayoría de la población. La solución fue la “radio del pueblo” un aparato simple y barato que hiciera posible estar en todos las familias alemanas. Además lo ideal sería que estos aparatos tuviesen una escasa sensibilidad para que no les fuese posible sintonizar emisoras extranjeras contrarias a la política de Hitler. De esta manera Alemania se convirtió en el país con más radios de Europa.

La Alemania nazi no tardaría en convertirse en el primer estado totalitario en usar la radio como medio de propaganda y adoctrinamiento. Si bien, en los años 30, la situación en Alemania no era muy diferente del resto de países europeos, en los que el medio estaba controlado por los gobiernos, el intervencionismo subiría de nivel con la creación de la Corporación de Radiodifusión del Reich, constituida en 1933 a partir de unas cuantas emisoras regionales semi-comerciales que fueron nacionalizadas. La creación de esta corporación vino acompañada de la prohibición de la publicidad y de la sustitución de la programación convencional por programas de alto contenido político más acordes con las consignas del partido.

Erich Scholz, un ambicioso funcionario del ministerio del interior con simpatías crecientes hacia el Nazismo, declaró que “la radio alemana sirve al pueblo alemán. Así que todo lo que degrada al pueblo alemán debe ser excluido de ella”. Alemania era todavía un país democrático, aunque la democracia tenía los días contados.

El principal problema para convertir la radio en una herramienta de propaganda masiva era que los receptores eran demasiado caros. Esto había propiciado la aparición de clubes informales y asociaciones en los que sus miembros se reunían para escuchar un mismo aparato. Desde el principio estas asociaciones se convirtieron en objetivo de los nazis que habían comenzado a infiltrar a sus partidarios en ellas, incluso antes de 1933. Pero después del 1933, los nazis siguieron fomentado estos clubs, pues eran un lugar ideal para comprobar si su mensaje llegaba a la gente. Después de las emisiones se hacían debates en los que los nazis podían identificar a los que expresaban opiniones disidentes.

Sin embargo, la gente también quería escuchar la radio a solas en su casa. Para estos los nazis también idearon una solución: crear su propio aparato de radio, un receptor barato, la “radio del pueblo” la Volksempfanger. El diseño de los aparatos corrió a cargo de Otto Griessing. Los primeros receptores, los VE301 (el número 301 venía de 30 del 1, Enero, el día que Hitler llegó al poder en Alemania) fueron producidos en 1933 y se vendían por 76 marcos, más o menos la mitad de lo que costaba un aparato normal. 


Los VE301 eran aparatos simples con sólo dos bandas, pocos VE podían captar las emisiones de onda corta y tenían una sensibilidad bastante limitada, de manera que sólo pudieran captar las emisoras locales. Hubiera sido de poca utilidad para los nazis si los aparatos hubieran sido capaces de captar las emisoras británicas o soviéticas. En los diales, contrario a lo que era habitual en la época, sólo figuraban cadenas alemanas.

El precio fue siempre una barrera para el éxito de la radio, así que durante los años de su producción buscaron maneras para reducir su coste, por ejemplo, algunos modelos de la VE301 en vez de la madera original fueron montados con la carcasa de baquelita. También aparecieron nuevos modelos más baratos, como el DKE1938, introducido en 1938. El nuevo modelo era un aparato más pequeño y de sólo dos válvulas, una menos que la VE301, y su precio bajaba a sólo 35 marcos. Los nazis decidieron también subvencionar la producción de los aparatos de radio y ordenaron a los fabricantes, como Siemens o Telefunken, dar prioridad a su producción frente a los aparatos más caros. 





Mientras que en circunstancias normales las radios se vendían en función de su diseño, precio y calidad de sonido, la más bien básica “radio del pueblo” era sólo un medio de propaganda.

El diseño de la “radio del pueblo” tampoco escondía cuáles eran sus intenciones, todas las radios tenían un águila y una esvástica en la parte frontal. 


Al acercarse la guerra, los volúmenes de producción de la Volksempfanger se mantuvieron y su producción pasó a tener una prioridad aún mayor respecto a los receptores más potentes. Los nazis animaban a la gente a cambiar sus radios con onda corta por los mucho menos potentes Volksempfanger.

No fue hasta que Radio Berlín anunció la muerte de Hitler que los alemanes más fanatizados se convencieron definitivamente de la derrota alemana en la II Guerra Mundial. La Volksempfanger, en combinación con el resto de propaganda, había ayudado a mantener la visión cerrada y manipulada de la realidad hasta el final, engañando y atemorizando a millones de alemanes durante toda la guerra.

Al igual que el régimen nazi, la producción de la Volksempfanger murió con Hitler.

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